Caminando por las calles de nuestro hermoso Centro Histórico, mi gran amiga Adelaida, quien no deja de pedir que le canten al oído, recordaba con nostalgia la primera vez que se entregó a un hombre.
Ante tal confesión surgió mi duda, ¿el hecho de recordar con tanta nostalgia su primera vez era por la persona o por el sólo hecho de haberlo realizado?
Al momento de realizarle la pregunta a Adelaida, intervino nuestra querida Costeñita: “No, cómo puede gustarte la primera vez si es algo muy doloroso y que para nada se disfruta”.
Yo difiero de esa declaración, no es regla que la primera vez no se disfrute o que sea todo un desastre.
Creo que mucho depende de la mascota en referencia y la situación en la que se de la primera vez.
Yo creo que si tu primera vez fue algo más obligado que por gusto; a muy temprana edad, cuando no tienen ni la más remota idea de cómo tener una relación placentera; hacerlo porque nada más quería saber lo que se sentía, hay muchas posibilidades de que no se disfrute.
Mi querida Adelaida me decía que en realidad su primera vez culminó como al tercer encuentro con la mascota.
¿Al tercer encuentro? –cuestioné impactada.
Relataba que entre los nervios, el amor, las ganas y sobre todo la desinformación que imperaba entre ella y su mascota hicieron que en dos ocasiones fuera imposible consumar su amor, siendo tan doloroso el intento que ganas le daban de echarse para atrás.
Y hablando de desinformación, las estadísticas arrojan que en esta época los adolescentes tienen su primera experiencia sexual en la casa de los padres, pero lo más riesgoso e importante es que en la mayoría de los casos lo hacen sin protección alguna, siendo el 80% de los adolescentes que no usan ningún tipo de protección para evitar embarazos o VIH-Sida y uno de cada cuatro nacimientos es de madre adolescente.
Qué tan importante es que se permitan máquinas dispensadoras de condones en varios lugares que son visitados por los adolescentes.
Ante esta información, Adelaida indignada me reviró. “No, momento, yo habré sufrido para poder consumar mi primera vez, pero sí utilizamos protección y nunca lo haré sin tener cuidado en esos aspectos, soy muy responsable.
Ojalá y todos los adolescentes tomaran en cuenta todo el riesgo que corren al no protegerse en sus relaciones sexuales, así, se evitarían las enfermedades por transmisión sexual y los embarazos no deseados, pero sobre todo, harían de esa primera vez una experiencia maravillosa. Pero para las mujeres que toman sus precauciones, podremos decir que, el primer hombre… jamás se olvida.
Casa Nueva, Muebles Viejos
Hace 10 años